

Fotografía de lo sublime. Las marinas de Gustave Le Gray
La exposición muestra quince fotografías de la famosa serie de Marinas de Gustave Le Gray. El conjunto llegó al Palacio Real de Madrid en el año 1859, durante el reinado de Isabel II, y se conserva en el Archivo General de Palacio.
LA COLECCIÓN REAL DE FOTOGRAFÍA
El Archivo General de Palacio y la Real Biblioteca atesoran algunos de los más emblemáticos ejemplares de la historia de la fotografía, entre los que se encuentra la serie de vistas marinas de Gustave Le Gray (Villiers-le-Bel, Val-d’Oise, 1820-El Cairo, 1884).
Desde que se diera a conocer la fotografía en el reinado de Isabel II, el nuevo arte pasó a conformar una parte importante de las colecciones reales. El retrato, el registro de sus colecciones artísticas, las grandes obras públicas, los eventos culturales, los desastres naturales, así como la más rica serie de vistas, no sólo de capitales europeas sino alcanzando también a muchos países del Próximo y del Lejano Oriente, son algunos de los temas que integran lo mejor de estos fondos fotográficos.
Figuras como Charles Clifford, Jean Laurent, Ángel Alonso Martínez, José Martínez Sánchez, el infante Sebastián Gabriel de Borbón, la compañía fotográfica Napoleón, Pedro Martínez de Hebert, Enrique Facio, Ludwik Tarszeński conde de Lipa, Jules David, André Disdéri, José Muñoz y Gaviria, vizconde de San Javier, Louis Vernay, conde de Vernay, William Atkinson, José Spreafico, Altobelli y Mollins o los hermanos Bonfils, entre otros, acreditan el importante acervo fotográfico de Patrimonio Nacional.
BIOGRAFÍA DE GUSTAVE LE GRAY
Gustave Le Gray, figura central de la historia de la fotografía europea, nació el 30 de agosto de 1820 en la localidad francesa de Villiers-le-Bel (Val-d’Oise), en el seno de una familia de comerciantes. Se licenció en Letras, pero pesó más su interés hacía el mundo del arte y en 1842 entró como alumno de Paul Delaroche en la Escuela de Bellas Artes y como copista del Louvre. En 1843 viajó a Roma para estudiar a los grandes maestros y la cuna de nuestra civilización.
Allí contrajo matrimonio con Palmira Leonardi, con quien formó una numerosa familia. De regreso a París en 1847, continuó su labor en el Louvre y después en el Gabinete de Estampas de la Biblioteca Real. En 1848, tras experimentar con la daguerrotipia, ensayó con el uso del papel encerado como negativo.
Un año más tarde inauguró su primer estudio en la capital gala, con la intención de hacer de la fotografía su auténtica profesión. Abrió su laboratorio al público y admitió a estudiantes ansiosos por conocer la experiencia directa de la práctica fotográfica. En 1850 publicó su primer manual sobre el tema, Tratado práctico de fotografía sobre papel y sobre vidrio, y sumaría otros dos hasta 1854. Fue seleccionado junto a Auguste Mestral, Édouard Baldus, Henri Le Secq e Hippolyte Bayard por la Comisión de Monumentos Históricos francesa para participar en la Misión Heliográfica en 1851.
Simultáneamente a sus experimentos y enseñanzas, llevó a cabo importantes encargos, como el de Philippe de Chennevières de los salones celebrados entre 1851 y 1853, y el de Napoleón III y Eugenia de Montijo de inmortalizar a su hijo, el príncipe Napoleón Luis. Realizó también otros retratos, pero sobre todo son de máximo interés sus vistas de los bosques de Fontainebleau.
En 1855 se traslada al n.º 35 del boulevard des Capucines, desde donde se fragua su periodo más brillante. Sus paisajes marinos tomados entre 1856 y 1857 en las costas de Normandía y en el Mediterráneo marcaron el cenit de su carrera. En 1857, el citado emperador le encomendó registrar las maniobras militares que se celebraron en Châlons-sur-Marne y el posterior encuentro de la flota francesa con la inglesa en Brest y Cherbourg, añadiendo nuevas series de tanta belleza e interés periodístico como las predecesoras.
A pesar del éxito alcanzado, la mala gestión de su empresa obligó a su disolución en febrero de 1860. Tragedias familiares sucesivas influyeron en el abandono de su hogar y motivaron su marcha a Oriente Próximo, junto a Alejandro Dumas padre, con objeto de ilustrar su viaje a Sicilia y el Mediterráneo. Esta nueva oportunidad, que parecía ofrecer al fotógrafo la esperanza de un regreso espectacular, devino en una imprevisible cadena de circunstancias que precipitaron su caída. Realizó un extraordinario reportaje sobre las ruinas y las barricadas de Palermo, y en Alejandría aprovechó para interrumpir su empresa con el escritor. Se instaló en Egipto como maestro dibujante de los hijos del gobernador, a la vez que continuó haciendo fotografías hasta su muerte en 1884.
LA SERIE VISTAS DEL MAR
Gustave Le Gray reivindicó el papel artístico de la fotografía, alcanzando la mayor admiración y reconocimiento por la serie de marinas tomadas entre 1856 y 1857.
Quince positivos conforman esta exquisita colección de paisajes, realizados en distintas sesiones, los primeros en la costa atlántica de la Alta Normandía próxima al puerto de Le Havre, y el segundo grupo en el puerto mediterráneo de Sète y sus proximidades costeras. Con su magistral manejo de la luz, entendida en toda su trascendencia, al tiempo que experimentaba sus posibilidades técnicas, Le Gray se propuso afrontar el reto de dominar la captación del mar. La notable reducción de los tiempos de exposición que ofrecía la revolucionaria técnica del colodión húmedo, de la que fue pionero, le impulsó a profundizar en la fotografía instantánea. Para ello, la naturaleza se convirtió en su principal campo de ensayo. La imposibilidad de registrar simultáneamente la mar y el cielo sin perder definición le llevó a combinar dos negativos: uno para los celajes y otro para la superficie marina, unidos en la línea del horizonte, singularmente potenciada.
La emblemática serie de paisajes marinos de Le Gray fue expuesta por primera vez en Manchester, en la exposición “Tesoros Artísticos del Reino Unido” de 1857. El reconocimiento que alcanzó fue unánime, al representar la incursión de la fotografía en el género más afamado de la pintura inglesa, perfectamente interpretado por J. M. William Turner, cuya obra era bien conocida en Francia. Fue considerada en su época por Marc-Antoine Gaudin, crítico de arte de la revista La Lumière, como “el evento del año” por sus logros técnicos, estéticos y comerciales. Se distribuyó en forma de álbum bajo el título de Vistas del Mar, considerado como un icono de la edad de oro de la fotografía.
Las imágenes se presentan con los sencillos marcos de media caña dorados que realizó el fabricante de muebles Antonio Girón para exponerlos en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, tras su ingreso en la Real Biblioteca. Allí permanecieron hasta decidirse su custodia en el Archivo General de Palacio con el resto de los fondos fotográficos. La Real Biblioteca registraba la llegada de este preciado conjunto con fecha de 16 de marzo de 1859, en una “cartera de terciopelo encarnada con vistas fotográficas de Puerto de Mar”.
Fotografías












Vista del Mediterráneo con el monte Agde en la distancia
Gustave Le Gray1857Papel a la albúmina 31 x 42 cm.Archivo General de PalacioVer másLa imagen representa una vista de cielo nuboso y mar tranquilo, sin elementos que distraigan la atención de la naturaleza. Los conocimientos técnicos del fotógrafo y su inquietud estética le llevaron a realizar exposiciones separadas de los planos de celaje y mar para evitar la diferencia lumínica entre ellos, y a combinar ambos negativos para que quedasen unidas por la línea del horizonte en el proceso de positivado. El resultado es una riqueza de contrastes entre espacios de claridad y penumbra, con los que consigue alcanzar el anhelado valor artístico. Esta pionera intervención de laboratorio sobre una imagen de la naturaleza debe entenderse dentro del juego de influencias en aquel momento entre fotografía y pintura. La formación de Gustave Le Gray en el taller de Paul Delaroche explica que analizase con perspectiva pictórica tanto el mar en sus diferentes estados de quietud y bravura, como el cambiante de los cielos. Su manera de abordar la temática de marinas tuvo un claro influjo sobre figuras como Gustave Courbet, Claude Monet o Edgar Degas. Textos: Reyes Utrera GómezEl vapor Said anclado en el puerto de Sète
Gustave Le Gray1857Papel a la albúmina 32,5 x 40,5 cm.Archivo General de PalacioVer másCon motivo de la inauguración de la línea férrea de Burdeos a Sète el 2 de abril de 1857, Gustave Le Gray se desplazó al puerto de Sète para realizar fotografías que pudieran servir de modelo a los grabadores de Le Monde illustré. El 23 de mayo de 1857 este nuevo semanario publicaba un grabado de William F. Measom y Louis Le Breton con máxima fidelidad a la información gráfica proporcionada por Le Gray. A la izquierda de la escena se puede ver el muelle y al fondo el monte Saint-Clair y el fuerte de Richelieu. Destaca en un primer plano el velero a vapor Said, construido en Sète posiblemente para el virrey de Egipto, Mohamed Said Pasha. En la estela de los escenarios marítimos que durante años pintaron holandeses, alemanes, franceses e ingleses, esta vista está particularmente imbuida de la quietud y la luz de raigambre romántica del ciclo “Las estaciones del año” (1835), de Caspar David Friedrich, y de la estética de Johan Christian Dahl, padre del paisaje noruego y primero de los grandes pintores del Romanticismo. Textos: Reyes Utrera GómezEmbarcaciones atracadas en el puerto de Sète
Gustave Le Gray1857Papel a la albúmina 30,5 x 41 cm.Archivo General de PalacioVer másLa importancia de la villa de Sète como puerto comercial explica que ya tuviera un sitio de honor en la historia de la fotografía francesa, gracias al daguerrotipo sacado en 1846 por los pioneros Claude Choiselat y Stanislas Rattel. La referencia urbana, entrecortada, enmarca la escena, protagonizada no obstante por los barcos, con sus palos erizados y el aparejo arriado, perfilado contra un cielo con suaves tonos grises plateados sobre un mar en calma. La imagen se presenta como testigo documental de interés: por una parte, permite observar algunas de las prácticas utilizadas en la construcción naval para impedir que se adhirieran algas y moluscos al casco de madera; por otra parte, se distingue en la lejanía la antigua fisonomía de la iglesia de Saint-Louis. Textos: Reyes Utrera GómezEl muelle de Saint-Louis, Sète
Gustave Le Gray1857Papel a la albúmina 30 x 41,5 cm.Archivo General de PalacioVer másEsta vista del puerto de Sète está centrada en el muelle de Saint-Louis, sobre el que destaca al fondo la fortaleza de Saint-Pierre, construida en 1740 para defender a Séte de los ataques regulares de las armadas extranjeras. Función militar que mantuvo hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Dominan la escena una inmensa quietud, ante un espacio portuario vacío, y la textura alisada y reposada de las aguas del muelle. Los grabadores de Le Monde illustré se sirvieron también de esta imagen para documentar la apertura de la nueva línea férrea en 1857. La fotografía de Le Gray se transforma en una ilustración que sigue las reglas y convenciones de este tipo de imágenes, haciéndose más atractiva y legible para el público. Textos: Reyes Utrera GómezPuesta del sol en el mar, a contraluz
Gustave Le Gray1856-1857Papel a la albúmina 31,5 x 39,5 cm.Archivo General de PalacioVer másEl autor recurre a la acción de laboratorio en esta imagen, con la unión de diferentes tomas por la línea del horizonte. El espectador se queda con la confrontación del mar y el cielo amenazado de nubes e iluminado por los rayos del sol. El efecto luminoso se consigue al dirigir la cámara hacia el sol durante la toma. Desde mediados del siglo XIX y como consecuencia de la nueva sensibilidad romántica, muchos autores mostraron interés por la meteorología. En este contexto, el pintor inglés John Constable es el claro antecedente de Le Gray en el estudio de las nubes. También en esos años, pintores y fotógrafos de la escuela de Barbizon trabajaron en sintonía con el objetivo común de captar la naturaleza. Entre ellos estaba nuestro autor, que compartía con Camille Corot su predisposición a observarla con máxima atención a la luz. El magistral y efectista tratamiento que hace de ella en esta obra la imbuye de un efecto poético que impresionó y emocionó a sus contemporáneos, valiéndole el reconocimiento internacional. Textos: Reyes Utrera GómezMarina con velero y remolcador dejando una estela de humo
Gustave Le Gray1856Papel a la albúmina 32 x 41,7 cm.Archivo General de PalacioVer másLa Bibliothèque nationale de France sitúa este paisaje en el océano Atlántico, cerca de Normandía. El efecto halo que diluye el contorno de la imagen nos lleva a centrarnos en el velero, identificado con una bricbarca, embarcación con gran superficie vélica para navegar con fuertes vientos. Está siendo remolcada por un buque a vapor y ambos van en dirección contra el viento, como muestra el humo, exaltación artística del progreso industrial que caracteriza igualmente la producción de la escuela de Barbizon. En esta fotografía, Le Gray se decanta por un cielo con meros rastros de nubes. La superficie del mar presenta el aspecto rugoso propio de las vibraciones del agua y, muy cercana a la línea del horizonte, la silueta de las dos embarcaciones. El autor muestra su afición a captar escenas fugaces que existen únicamente en el espacio de tiempo que requiere el acto fotográfico, tema que será recurrente entre impresionistas como Claude Monet o Édouard Manet y en España en alguna obra de Darío de Regoyos. Textos: Reyes Utrera GómezEl rompeolas
Gustave Le Gray1857Papel a la albúmina 41,5 x 33,7 cm.Archivo General de PalacioVer másEsta emblemática imagen y la siguiente, La gran ola, pertenecen a la segunda fase de la serie de marinas que Gustave Le Gray realizó en la primavera de 1857 durante su estancia en el puerto de Sète con motivo de la inauguración de la línea férrea. En ambos positivos el autor nos muestra el mismo paraje costero próximo a Montpellier, con una mar embravecida que desafía al medio fotográfico. El rompeolas es el único paisaje marino para el que Le Gray utiliza un formato vertical y en el que de modo pionero consiguió captar la fuerza de la naturaleza en el momento del rompimiento de las olas. En un segundo plano figura un pequeño velero con las velas al viento y un malecón tras el que se dibujó con perfecta nitidez la línea del horizonte. En ella se unen los dos negativos utilizados para lograr esta espectacular instantánea, práctica habitual en su obra con la que buscaba el ideal estético, combinando cielos inmortalizados en Normandía con planos de mar tomados en el Mediterráneo y viceversa. Textos: Reyes Utrera GómezLa gran ola
Gustave Le Gray1857Papel a la albúmina 34 x 42 cm.Archivo General de PalacioVer másComo en El rompeolas, Le Gray retrata el paraje costero próximo a Montpellier en La gran ola, icono de una época en la que los fotógrafos supieron vencer los desafíos del medio, logrando espectaculares resultados artísticos. El triunfo de Le Gray radica tanto en la captura instantánea del mar en movimiento y la pulcra unión de las diferentes tomas del mar y el cielo nuboso, como en conseguir tan exquisito resultado con la utilización del gran formato. No obstante, también hubo críticas a la manipulación de laboratorio. Otro aspecto a destacar es la amplia variedad tonal. Le Gray fue el primero en experimentar con la técnica de los virados al oro, con la que conseguía una agradable tonalidad violácea, así como con innovadores procesos basados en la utilización de una solución de tiosulfato de sodio con sales de plata capaz de alcanzar gamas extraordinariamente suaves y más duraderas. Esta imagen trasciende al campo pictórico, siendo elemento fundamental para entender las marinas de Gustave Courbet. Textos: Reyes Utrera GómezCosta mediterránea, Sète
Gustave Le Gray1857Papel a la albúmina 32,5 x 41,5 cm.Archivo General de PalacioVer másDelicada vista marina tomada posiblemente al amanecer en la costa mediterránea del puerto de Sète, con el perfil de la fortaleza de Saint-Pierre a la derecha y la silueta del monte Saint-Loup de Agde al fondo. En este paraje Le Gray realizó varias instantáneas y luego las positivó combinando con diferentes tomas de cielos, unas más limpias de formaciones nubosas, como en esta imagen, y otras con grandes cúmulos de nubes amenazantes. Se percibe en ellas el interés por los diferentes efectos lumínicos. El fotógrafo eleva la línea del horizonte por encima del primer tercio para dirigir la mirada del espectador hacia el primer plano de las rocas donde rompen las olas. Inmediatamente después la vista se centra en la superficie irisada del mar como reflejo del efecto solar. La captación de estas delicadas imágenes fue alabada y comentada por la crítica del momento. Textos: Reyes Utrera GómezReflejo del sol sobre el mar
Gustave Le Gray1856Papel a la albúmina 32,5 x 41,7 cm.Archivo General de PalacioVer másEn este espléndido paisaje Le Gray captura el efecto de la luz del sol sobre el oscuro mar y su orilla, creando un artístico contraste. Su fascinación por el fenómeno de las mareas de la costa normanda le lleva a elevar casi al centro la línea del horizonte, para recrearse en la extensa orilla cubierta de algas y animada con caballos y un paseante en enganche de dos ruedas. La animación también afecta al océano, surcado por varios veleros. La estela de este Le Gray es fácilmente reconocible en la obra de Claude Monet La punta de la Hève en marea baja. En este caso el autor realiza una sola toma de cielo y mar enfocando directamente sobre el efecto solar, y la imagen queda envuelta en un halo circular que realza su sentido artístico. Como en la mayoría de sus marinas, se presenta muy marcada la línea del horizonte como elemento poético alusivo a la idea de infinitud. La crítica reconoce la influencia de esta serie en la obra de Gustave Courbet. Textos: Reyes Utrera GómezBarco de vapor
GUSTAVE LE GRAY1856Papel a la albúmina 32,5 x 42 cm.Archivo General de PalacioVer másEn este bello paisaje, el autor crea una composición minimalista que podría entroncar con la serie de marinas iniciada en 1986 por el fotógrafo Hiroshi Sugimoto. Ambos eligen el tema del mar para tratarlo con muy pocos elementos: el agua, el aire, la luz y la línea del horizonte. Le Gray añade aquí, como única pieza ajena a ellos, el barco de vapor en el centro de la escena. La delicadeza de esta imagen nos muestra al fotógrafo con toda su alma de artista, confiriendo intencionadamente al paisaje una inmensa quietud. Un cielo limpio con ligera bruma desdibuja la línea del horizonte en algunos puntos y descarga el efecto lumínico sobre las calmadas aguas del mar, consiguiendo una superficie irisada de resultado novedoso. El interés por el mar y los reflejos de la luz son constantes en la pintura de marinas. También pioneros de la fotografía como Fox Talbot, Charles Clifford o Henry Le Secq dirigieron sus objetivos hacia el agua y el efecto lumínico sobre este sugestivo elemento de la naturaleza. Textos: Reyes Utrera GómezPlaya de Sainte-Adresse, en Normandía
Gustave Le Gray1856Papel a la albúmina 32,3 x 41,7 cm.Archivo General de PalacioVer másLa llegada del ferrocarril a la costa de Normandía en la década de 1840 originó la transformación de estos parajes en principal reclamo del incipiente turismo francés. Patrimonio Nacional conserva dos de las tres imágenes que Gustave Le Gray tomó de la playa de Sainte-Adresse, un barrio costero al noroeste del puerto de Le Havre que a través de ellas llegaría a la imaginación del público pocos años después, gracias al crítico Alphonse Karr y a pintores como Camille Corot o Claude Monet. La playa luce aún todo el encanto rústico de las viviendas de la población pesquera. Le Gray realizó dos fotografías en esta zona del litoral para registrar los cambios de fisonomía que ocasionaban las mareas. La primera muestra la playa de Sainte-Adresse en toda la amplitud que le proporciona la bajamar. El espectador se siente atraído tanto por los pequeños aspectos visibles del acontecer diario, en las pequeñas siluetas de los pescadores, enfrascados en sus tareas, como en el anecdótico elemento humano que, ajeno a estas, disfruta del paraje natural. Textos: Reyes Utrera GómezPlaya de Sainte-Adresse con los baños Dumont
Gustave Le Gray1856Papel a la albúmina 40,8 x 31,6 cm.Archivo General de PalacioVer másLa vista de los baños Dumont reproduce de nuevo el efecto de las mareas mostrando la playa muy recortada como consecuencia de la pleamar. Rescata la fisonomía decimonónica del paraje costero contextualizada en el nuevo concepto del descanso estival cerca de los baños de mar. El gran edificio con campanario que se divisa al fondo es el establecimiento de baños Château Vert, abierto en 1847. Por encima de él y al borde del acantilado se adivina el famoso Pan de azúcar, inaugurado en 1852. En primer plano se ven los más pequeños y modestos baños que dan nombre a esta toma. Resulta interesante el contraste de las imágenes registradas en Sainte-Adresse en el aspecto social. Mientras que la primera toma mantiene la visión tradicional de la playa de un pueblo eminentemente pesquero y tipos humanos con indumentaria propia del mundo popular, en la segunda los paseantes a la orilla del mar revelan la forma de ocio recién instaurada y un público más acomodado. Textos: Reyes Utrera GómezMarina
Gustave Le Gray1856Papel a la albúmina 31,5 x 40,5 cm.Archivo General de PalacioVer másEsta marina, tomada en la costa normanda próxima a Le Havre en 1856, es una de las menos conocidas de la serie y, como la mayoría de ellas, de gran sencillez compositiva. Está concebida a base de líneas apaisadas y ubica la del horizonte por encima de la mitad, dándole prioridad al plano marino sobre el celaje ausente de nubes. Destaca el bello efecto lumínico sobre la superficie del mar como elemento expresivo, y la arena que va degradando y convirtiendo en oscuridad los bordes del positivo. El pionero empleo flou, las apenas perceptibles siluetas humanas y el confín plagado de embarcaciones a vela dan a la imagen una apariencia artística que entronca con la obra de Caspar David Friedrich y la estética de los sublime en fascinación ante el esplendor con que Le Gray plasma los elementos de la naturaleza. Textos: Reyes Utrera GómezEl velero
Gustave Le Gray1856Papel a la albúmina 32,2 x 40,2 cm.Archivo General de PalacioVer másDelicada composición marina realizada al atardecer desde la playa en marea baja, con dramáticos celajes tormentosos y contrastada iluminación, a partir de dos negativos. Le Gray interpreta este paisaje con una sensibilidad muy cercana a la que empleará unos años después Gustave Courbet en su Atardecer en la playa. Marca la línea del horizonte por debajo de lo habitual para dotar al cielo de mayor protagonismo. Aunque es la elegante embarcación de tres velas tipo bricbarca la que capta nuestra atención, el autor no renuncia a enfocar la amplia orilla, llena de algas y sobre la que se distinguen dos caballos y una barca de pesca. The Brig (El velero) fue la primera de esta serie de imágenes que se dio a conocer al público con su exhibición en Londres en 1856. El gran número de ejemplares que siguen saliendo a la venta evidencia las alabanzas que suscitó, pero hubo un sector crítico de la sociedad victoriana que no perdonó a Le Gray sacrificar la estricta verdad de la naturaleza a cambio de conseguir el éxito comercial. Textos: Reyes Utrera Gómez
Material didáctico

Con motivo de la exposición temporal en el Palacio Real de Madrid de la serie de marinas fotografiadas por Gustave Le Grey custodiadas en el archivo fotográfico de Patrimonio Nacional, nuestro departamento de educación te reta a convertirte en fotógrafo y fotógrafa de lo sublime, ¿te atreves? sólo necesitas seguir las indicaciones que aparecen en este documento.
Cuando tengas tu foto, ¡queremos verla! envíanosla por correo a educacion@patrimonionacional.es y la colgaremos en nuestra galería virtual.
ACTIVIDAD FINALIZADA
Jornada científica

Con motivo de la exposición "Fotografía de lo sublime. Las marinas de Gustave Le Gray", Patrimonio Nacional dedicará una jornada científica que tendrá lugar el martes 30 de noviembre en las salas de exposiciones temporales del Palacio Real de Madrid, bajo la dirección de D.ª Reyes Utrera.
La inscripción es gratuita y los interesados deberán enviar un correo electrónico al buzón dcr.acad@patrimonionacional.es antes de las 14 h del viernes 26 de noviembre.
Información
Propuestas del público sobre el recurso didáctico de la exposición
Desde el Área de Acción Cultural pedimos a nuestros visitantes que reinterpretaran a través de sus fotografías el concepto estético de lo sublime que podemos encontrar en las fotografías de Gustave Le Gray.
Exponemos aquí sus propuestas y agradecemos a todas las personas su participación.