La devoción a la Virgen de Atocha, que se veneraba ya en época medieval en una ermita situada en las inmediaciones de la actual basílica, fue muy destacada entre los reyes españoles desde el reinado de Carlos V. Fue este monarca quien, en 1523, concedió el permiso para que la ermita de Nuestra Señora de Atocha, propiedad en ese momento de la abadía de Santa Leocadia de Toledo, fuera cedida a la Orden de Predicadores, que pronto inició la construcción del nuevo convento de dominicos.
El culto a la imagen aumentó, al igual que el edificio, durante los reinados siguientes gracias al apoyo de los monarcas, al mecenazgo de distintos personajes eclesiásticos y nobiliarios, y a los esfuerzos de propagación de la devoción por parte de los frailes dominicos. Coincidiendo con el establecimiento de la capitalidad en Madrid, Felipe II la denominó “Patrona de la ciudad y de todos los Reinos” y solía visitar el santuario antes y después de cada batalla. En 1602 Felipe III puso bajo patronato real la iglesia y el convento, y Felipe IV la proclamó protectora de la Familia Real y de la Monarquía española, llegando a imponerle el Toisón de oro. Tras su nacimiento, ha sido costumbre presentar a todos los herederos de la Corona a la Virgen de Atocha.
El diseño de la iglesia primitiva se atribuye a Francisco de Mora, autor del retablo mayor. A su muerte, continuó la obra su sobrino Juan Gómez de Mora. A lo largo del tiempo intervinieron en el edificio o en su decoración artistas como Bartolomé Carducho, Pompeo Leoni, Sebastián Herrera Barnuevo, Francisco Herrera el Mozo, Francisco Rizzi, Juan Carreño de Miranda, Luca Giordano, Luis Salvador Carmona, Juan Pascual de Mena o Isidro Velázquez, entre otros.
Durante la ocupación francesa el edificio fue utilizado como cuartel y muchos de los bienes que se custodiaban en él desaparecieron. Avanzado el siglo XIX sirvió como Cuartel de Inválidos del Ejército y la Armada. Su progresivo deterioro llevó al planteamiento de un nuevo proyecto, encomendado en la última década de la centuria al arquitecto Fernando Arbós y Tremanti, aunque del conjunto que ideó solo se llegaron a levantar el campanile y el entonces denominado Panteón de Hombres Ilustres. A instancias de los frailes dominicos, entre 1925 y 1926 el arquitecto Emilio Antón Hernández levantó una nueva iglesia y convento, que desaparecieron durante la Guerra Civil. La iglesia actual, obra de Diego Méndez, data de mediados del siglo XX.
Del edificio del siglo XVII sólo se han conservado los escudos en piedra, de la Orden de Santo Domingo y de la villa de Madrid, que se disponían en la fachada, ahora situados en la escalera de acceso al recinto de la basílica. Junto a ellos, han sobrevivido, aunque en muy mal estado, las esculturas, también en piedra, de la Virgen con el Niño y de Santo Domingo. Si bien, además de la escultura de la Virgen de Atocha, fechada a finales del siglo XIII, Patrimonio Nacional conserva numerosos bienes que formaron parte de su culto y ornato, así como donaciones que se hicieron a la imagen a lo largo del tiempo, entre las que destacan las joyas entregadas por Isabel II tras haber salido ilesa de un atentado o los vestidos de las reinas María de las Mercedes y María Cristina de Austria, con los que se confeccionaron diversas prendas para la Virgen y el Niño Jesús. Las joyas se custodian habitualmente en el Palacio Real de Madrid y se exhiben en ocasiones excepcionales.
En el exterior de la basílica se halla una representación simbólica de las tochas que dominaban la vegetación del entorno y que dieron nombre a la zona y, por consiguiente, al santuario, así como olivos alusivos al extenso olivar que perteneció al monasterio y que llegó a colindar con los jardines del Palacio del Buen Retiro.
Cómo llegar y localización
Avda. de la Ciudad de Barcelona. Madrid
Transporte
Líneas de autobús: C1, 10, 14, 24, 26, 32, 37, 54, 57, 102 y 141
Línea: 1 Estación de Atocha
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