En este espléndido paisaje Le Gray captura el efecto de la luz del sol sobre el oscuro mar y su orilla, creando un artístico contraste.
Su fascinación por el fenómeno de las mareas de la costa normanda le lleva a elevar casi al centro la línea del horizonte, para recrearse en la extensa orilla cubierta de algas y animada con caballos y un paseante en enganche de dos ruedas. La animación también afecta al océano, surcado por varios veleros. La estela de este Le Gray es fácilmente reconocible en la obra de Claude Monet La punta de la Hève en marea baja.
En este caso el autor realiza una sola toma de cielo y mar enfocando directamente sobre el efecto solar, y la imagen queda envuelta en un halo circular que realza su sentido artístico. Como en la mayoría de sus marinas, se presenta muy marcada la línea del horizonte como elemento poético alusivo a la idea de infinitud. La crítica reconoce la influencia de esta serie en la obra de Gustave Courbet.
Textos: Reyes Utrera Gómez