Esta emblemática imagen y la siguiente, La gran ola, pertenecen a la segunda fase de la serie de marinas que Gustave Le Gray realizó en la primavera de 1857 durante su estancia en el puerto de Sète con motivo de la inauguración de la línea férrea. En ambos positivos el autor nos muestra el mismo paraje costero próximo a Montpellier, con una mar embravecida que desafía al medio fotográfico.
El rompeolas es el único paisaje marino para el que Le Gray utiliza un formato vertical y en el que de modo pionero consiguió captar la fuerza de la naturaleza en el momento del rompimiento de las olas.
En un segundo plano figura un pequeño velero con las velas al viento y un malecón tras el que se dibujó con perfecta nitidez la línea del horizonte. En ella se unen los dos negativos utilizados para lograr esta espectacular instantánea, práctica habitual en su obra con la que buscaba el ideal estético, combinando cielos inmortalizados en Normandía con planos de mar tomados en el Mediterráneo y viceversa.
Textos: Reyes Utrera Gómez