

Las Descalzas: reapertura y renovación
El Monasterio de Las Descalzas Reales vuelve a abrir sus puertas. Cerrado desde el inicio de la pandemia, Patrimonio Nacional recupera para la ciudadanía y el turismo uno de los edificios históricos y artísticos más importantes de Madrid, un singular oasis en el centro de la capital.
Pero es más que un reencuentro con el público, ya que en su interior se ha llevado a cabo una auténtica renovación museográfica que afecta a ocho salas de pintura, con una selección final de 200 piezas, algunas de las cuales se exponen por primera vez. Además, se han mejorado las infraestructuras y la iluminación y se han restaurado tres retablos y más de 50 obras.
La reapertura de este Real Patronato, uno de los 12 que Patrimonio Nacional gestiona en toda España, representa una recuperación fundamental para la vida cultural y turística de la capital por varias razones: histórica, como centro de poder político desde su fundación en el siglo XVI; artística, con uno de los conjuntos más valiosos de las Colecciones Reales; y original, ya que en la actualidad conserva su función de monasterio.
El nuevo proyecto museográfico
El nuevo proyecto museográfico debe mucho a la exposición “La otra Corte: mujeres de la Casa de Austria en los monasterios reales de las Descalzas y la Encarnación”, abierta en 2019 al público en el Palacio Real de Madrid. Esta muestra, que se prorrogó dos veces con más de 175.000 visitantes, implicó la participación de un elevado número de obras de Las Descalzas. Por esta razón, muchas de sus salas quedaron prácticamente desmontadas.
Esta circunstancia fue la ocasión ideal para afrontar la nueva instalación con el objetivo de trasmitir la importancia del monasterio en el ámbito artístico, político y espiritual.
Las actuaciones más importantes se han centrado en las 8 salas que componen la entreplanta, donde se muestra una nueva selección de aproximadamente 200 obras. El discurso expositivo es más claro, más ordenado y más completo, con el objetivo de facilitar al visitante el descubrimiento de la riqueza, variedad y calidad de las colecciones. Además, se han incorporado otras obras procedentes de la clausura o de espacios menos visibles.
Selección de piezas










Virgen del papagayo
Adriaen IsenbrandtPrimero tercio del siglo XVIÓleo sobre tabla 108,5 x 154 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreEsta pintura flamenca es una de las más significativas y, sin duda, la más apreciada de entre las pinturas religiosas de la colección de Juana de Austria. Le fue regalada por el obispo de Cuenca y, según una nota al margen del inventario de la princesa de 1573, "es la que su alteza que haya gloria manda poner en el altar de su enterramiento". Poco sabemos con certeza de su autor, Adriaen Isenbrandt. Nacido hacia 1490, falleció en Brujas en 1551. Perteneció a una generación posterior a la de Gerard David, artista que trabajó a finales del siglo XV y en cuyos modelos se inspira muy a menudo, así como en los de Hans Memling, Jan Gossaert o los manieristas de Amberes. Se especializó en obras destinadas sobre todo a la exportación, gozando de mucho favor en España.Cristo entre la Virgen y San Juan Bautista
Anónimo flamenco, copia de Jan Gossaerts. XVIÓleo sobre tabla 161 x 141 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreSe trata de una magnífica réplica anónima del siglo XVI de la versión de Cristo entre la Virgen y San Juan Bautista, atribuida a Jan Gossaert, que copia de forma bastante libre las mismas figuras del Políptico del Cordero Místico de los hermanos Van Eyck de la Catedral de San Bavón en Gante, y que procedente de las colecciones de Felipe II se encuentra en la actualidad en el Museo Nacional del Prado. En el centro, Cristo es representado como Salvador del Mundo, mirando al frente y en actitud de bendecir, entre la Virgen y san Juan Bautista, que se giran hacia él. Las figuras, que son de menos de medio cuerpo, aparecen dentro de una arquería flamígera dorada. En el óculo superior se asoma un ángel cantor, cuyo brazo sobresale sobre la moldura. Está pintada al óleo sobre un panel de madera de roble con una decoración muy rica de pan de oro. Pertenece a la colección de pintura del Monasterio de las Descalzas Reales y se ubica en la sala de pintura flamenca del Monasterio.Santa Cecilia
Michiel Coxcie1557-1559Óleo sobre tabla 108 x 122 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreEn 1594 el papa Gregorio XIII nombró a Santa Cecilia patrona de los músicos, pero su representación ya venía contando con una gran popularidad desde inicios del siglo XVI. Aquí la santa esta tocando un clavicordio, acompañada de cuatro ángeles cantores, sobre un fondo de arquitectura clasicista, que muestra un perfecto conocimiento de sus cánones. Probablemente sea una de las primeras representaciones que Coxcie realiza directamente para España, aunque no se tiene constancia de que perteneciera a la colección de doña Juana. Posiblemente pueda encuadrarse en los años en que el pintor realizó la copia del famoso retablo del Cordero Místico de la Catedral de San Bavón de Gante de los hermanos Jan y Hubert Van Eyck por encargo de Felipe II, entre 1557 y 1559. El artista muestra en esta obra su estilo tan característico, con una factura muy exquisita, propia del mundo flamenco, y esa tipología tan particular de sus rostros.Príncipe don Carlos de Austria
Jooris van der Straetenh. 1562Óleo sobre lienzo 98,5 x 85 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreEl príncipe don Carlos (1545-1568) fue el primogénito del rey Felipe II, hijo de su primer matrimonio con María de Portugal (hija de Catalina de Austria) y de Juan de Avís. María murió de sobreparto, dejando viudo por primera vez, a la edad de dieciocho años, al joven Felipe II. Juana de Portugal cuidó especialmente de este sobrino, que aquí aparece retratado con armadura, en una obra de hacia 1562. Jooris van der Straeten fue un pintor flamenco especializado en el género del retrato de corte, en la estela de Antonio Moro y Alonso Sánchez Coello. Se documenta como activo en Madrid entre 1560 y 1571.Juana de Austria
Alonso Sánchez Coelloh. 1566Óleo sobre lienzo 110 x 84,5 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreJuana de Austria (1535-1573) fue la fundadora del Monasterio de las Descalzas Reales. Hija del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal, fue princesa de Portugal a raíz de su matrimonio con el príncipe don Juan Manuel, hijo de Catalina de Austria y de Juan III de Avís. En su amplia galería de retratos que, en buena medida acabó en las Descalzas Reales, su imagen aparecía hasta diez veces efigiada en "pinturas de pincel". En este caso, el autor de la obra es Alonso Sánchez Coello, posiblemente con intervención del taller, y se fecha hacia 1566. En la pintura aparece como viuda, con saya negra, toca y puntillas blancas y acariciando, como era frecuente en retratos de la época, un camafeo blanco con la imagen de su padre el emperador.Don Juan de Austria armado
Alonso Sánchez CoelloFinales 1567Óleo sobre lienzo 99 x 85 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreDon Juan de Austria, nacido en Ratisbona en 1547 de los amores del emperador Carlos V con Barbara Blomberg, no será presentado oficialmente en la corte española hasta 1559, cuando se le dota de Casa y una generosa asignación económica. Desde entonces será el compañero del príncipe heredero don Carlos (1545-1568) junto al príncipe de Parma, Alejandro Farnesio (1545-1592), todos de edad similar. Desde inicios de 1565 Felipe II solicita el retrato de don Juan para la galería de retratos familiares del palacio de El Pardo a Sánchez Coello. Se presenta al hermanastro del rey de mayor edad, con una incipiente barba. La armadura que luce don Juan estaría pavonada, acabado muy frecuente en las guarniciones de la época. Aparte de su belleza en contraste con el dorado, contribuía a proteger el acero. El arnés y las escarcelas se enriquecen con fajas verticales doradas con rosetas inscritas en círculos, posiblemente grabadas. Los hombros llevan una protección adicional de dos rodeletas, características de la infantería, como el fragmento de malla metálica que protege su bragueta. De su cuello pende el collar del toisón corto «de ceremonia» con eslabones metálicos alternando con pedernales ardientes esmaltados de rojo y blanco. Su hermanastro le entrega esta dignidad con poca ceremonia el 14 de julio de 1566 en El Bosque de Segovia, donde estaba la familia real pasando el verano. En el retrato se remarca su condición de general del ejército español por la banda carmesí entretejida con oro que cruza su pecho y por el bastón de mando que empuña con decisión con su derecha. Su habilidad en el campo militar se refleja en la energía con que sujeta la empuñadura de su espada con la mano izquierda.Isabel de Austria, reina de Francia
Jooris van der Straeten1573Óleo sobre lienzo 181 x 125 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreLa archiduquesa Isabel nació en Viena el 5 de julio de 1554. Con tan solo cinco años fue prometida al futuro Carlos IX de Francia. La boda se celebró por poderes en octubre de 1570. Fue considerada en su tiempo un ideal de belleza. Brantôme la describió como dulce, prudente y virtuosa, a la vez que hermosa y elegante, características que se trasmiten en este retrato que muestra su imagen oficial como reina de Francia cuando contaba diecinueve años. Su autor fue Jooris (o Georges) van der Straeten, pintor nacido en Gante y formado en el taller de Frans Floris de Vriendt (h. 1519-1570). Esta es su única obra firmada. La joven Isabel se encuentra de pie, en una estancia tenuemente iluminada en la que solo destaca el cortinaje de terciopelo verde y la credencia cubierta por un tapete carmesí en donde posa su mano derecha. Isabel luce una saya abierta con amplias mangas cubiertas por piel de armiño, símbolo del elevado estatus del retratado. La camisa, adornada con perlas y pequeños botones, sigue el estilo de las que vestía su cuñada Isabel de Valois. El tocado es el conocido como French hood, o toca francesa, formado por una cofia de lino sobre la que se colocaba la crepite, un tejido más rico y vistoso y, sobre él, una pieza rígida, denominada paste, en la que se montaba la diadema, en este caso con perlas y piedras preciosas, de la que pende un velo negro. Su cabello se distribuye en dos partes a partir de una crencha central y queda recogido componiendo dos arcos simétricos. Luce un collar, ajustado bajo el cuello de lechuguilla, en el que se alternan flores de perlas y diamantes montados en cabujones. Del adorno que engalana su escote penden dos cintas de perlas y un medallón. Lleva, además, un cinturón que recorre toda la longitud de la falda con una cadena central rematada con un historiado colgante. El estilo de Straeten, se caracteriza por el uso de colores brillantes, por la elegancia en el modo de representar a los personajes y por el trabajo minucioso de los detalles.La nave de la iglesia
Anónimo españolÚltimo cuarto del siglo XVIÓleo sobre lienzo 200 x 276 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreEn el centro de la composición se sitúa la nave de la Iglesia, cuya tripulación está formada por todos los santos y fundadores de órdenes religiosas, que son identificables mediante sus atributos, leyendas de las cartelas o indumentaria: franciscanos, jesuitas, agustinos o benedictinos, capitaneados por la figura del papa. El mar por donde navega muestra los dos lados opuestos: por un lado, aquellos que gozarían de la salvación, que podrían encontrar al fondo a la izquierda, en el puerto de la Salvación o “Portus Salutis”, donde espera Cristo, a orillas del agua, al inicio de una larga escalinata blanca, acompañado de los bienaventurados. Sobre la escalinata, unas murallas y sobre ella, Dios Padre en un rompimiento de gloria. Al mismo nivel, hacia la derecha, el busto de la Virgen Dolorosa inserta en una estrella luminosa, alrededor de la cual pone “Stella Maris”; y en el ángulo superior derecho, la paloma del Espíritu Santo en una aureola mística de la que surgen rayos luminosos dirigidos hacia las naves. Por otro lado, el mar será el destino para los que caigan en manos del mal, y por ello, en el agua se representan demonios y monstruos marinos. El mar está lleno de barcos, donde van las almas que van siendo rescatadas por la Iglesia. En las dos barcas de la derecha se podrían identificar algunos miembros de la Casa de Austria: en la de primer término, sólo con hombres, podrían estar en su popa: un anciano Carlos V, con la corona imperial y manto de brocado; Felipe II, con la corona real y manto rojo con cuello de armiño: y un joven Felipe III, vestido de blanco, con una inscripción que hace alusión a que estos personajes ayudan al mantenimiento de la iglesia. Detrás una segunda barca, ocupada sólo por mujeres, entre las que se pueden identificar a la emperatriz María de Austria, vestida con toca de viuda y un libro de oraciones en la mano; a la infanta Isabel Clara Eugenia, con lechuguilla y alto copete en su tocado; y a sor Margarita de la Cruz, hija de la emperatriz, en la monja novicia que está de espaldas al espectador. Diversas cartelas en latín indican las acciones representadas. La fuente de inspiración de este tema se encuentra en el libro de Génesis, donde aparece el relato que pudo inspirar su composición, el Arca de Noé. Y así fue durante la Edad Media, pero tras la celebración del Concilio de Trento, el mensaje adquiere otros rasgos iconográficos para adaptarse a la idea de una iglesia católica y triunfal, que cuenta con el apoyo y defensa de la monarquía, que está bien representada en esta composición con todos los personajes de la Casa de Austria arriba mencionados. La atribución tradicional a un discípulo de El Bosco hoy no es sostenible, ya que es una consideración absolutamente anacrónica y no cuenta con ninguna base justificativa. Existen otras composiciones similares o muy parecidas, como la atribuida a Pantoja de la Cruz en la Casa Museo Lope de Vega.La Anunciación
Vicente Carducho1624Óleo sobre lienzo 460 x 250 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreAunque esta pintura se conserva en el Monasterio de las Descalzas Reales, reproduce en buena medida el modelo que Carducho utilizó para el altar mayor de la iglesia del Real Monasterio de la Encarnación, aún in situ. Luis Muño, en su descripción de este lugar de 1645, describe así la obra: "en ella... se adelantó a si mismo Vicencio Carducho Florentin, varon insigne, no solo en el pincel, sino en la pluma; mostro con ambas cosas cuán eminente fue en su arte, la Virgen hermosa, y grave, y la paloma sobre la cabeza; el Arcángel con capa de coro, y un ramo de azucenas en la mano; en la parte superior una gloria, donde al Eterno Padre acompañan multitud de Angeles alabando; porque envió su Verbo a vestirse de nuestra naturaleza".Ana Mauricia de Austria
Juan Pantoja de la Cruz1602Óleo sobre lienzo 86,5 x 76,5 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreAna Mauricia (1601-1666) fue la primogénita de los ocho hijos nacidos del matrimonio formado por Felipe III y Margarita de Austria-Estiria. Este retrato pertenece a una tipología frecuente en las cortes europeas del momento; a través de la imagen de los pequeños infantes se trasmitía la continuidad de la dinastía y se presentaba al nuevo vástago a las demás casas reales. Felipe III y Margarita de Austria desearon dar noticia del nacimiento y crecimiento de su primera hija a los principales gobernantes europeos y por ello encargaron un elevado número de retratos, algunos de ellos enviados a Viena y a Inglaterra. Durante el reinado de Felipe III la mayoría de estos retratos fueron realizados por el pintor vallisoletano Juan Pantoja de la Cruz, cuya formación tuvo lugar en Madrid en el taller de Alonso Sánchez Coello. En este retrato, la infanta Ana Mauricia tenía pocos meses de edad. Aparece sentada sobre un almohadón, hecho que indica que aún no sabía caminar. La presencia de este elemento, realizado en terciopelo carmesí y ornamentado con galón dorado y borlas de pasamanería, alude además a la relevancia del personaje retratado que, en este momento, por tratarse de la primogénita, era esencial para la perpetuación de la dinastía. La infanta viste la indumentaria propia de los niños que aún eran lactantes: lleva prendas de color blanco entre las que destaca el babador que le cubre el pecho y el regazo. Este mandil se adornaba con ricos encajes, presentes también en otras partes de la vestimenta como el cuello y los puños. Sobre su pecho destaca una gran cruz latina de oro y diamantes de la que pende otra de menor tamaño. A ambos lados, lleva dos medallones con reliquias de santa Ana, su santa patrona, y de la Santa Espina. La infanta sujeta en su mano derecha una rama de coral, el mismo material de uno de los dijes que lleva en su cinturón. El coral era considerado como la mejor protección ante las enfermedades.Sor Ana Dorotea de Austria
Pieter Paul Rubensh. 1628Óleo sobre lienzo 76,2 x 65 cm.Monasterio de las Descalzas RealesSee moreLa archiduquesa Ana Dorotea de Austria nació en Viena, posiblemente a finales de 1611 y fue hija natural del emperador Rodolfo II. Su llegada al monasterio de las Descalzas tuvo lugar en 1623 pero no profesó hasta el 16 de agosto de 1628, a la edad de diecisiete años, momento al que seguramente corresponde este retrato. La entrada de Ana Dorotea en las Descalzas Reales sirvió para perpetuar la presencia del linaje Habsburgo dentro de la clausura; la joven archiduquesa asumió paulatinamente el papel de mecenas y regente ejercido por su tía sor Margarita de la Cruz, con quien colaboró estrechamente en numerosos asuntos de la vida del monasterio. Desde la clausura, Ana Dorotea mantuvo una estrecha relación con sus familiares y con personajes de la corte así como una intensa correspondencia con embajadores, ministros, papas, cardenales, nuncios y, de manera especial, con el propio Felipe IV, así como con otros miembros de la familia real. Además del papel político, sor Ana Dorotea desempeñó una importante labor de mecenazgo artístico dentro del monasterio. Este retrato muestra a sor Ana Dorotea de medio cuerpo, vestida con el hábito franciscano, sosteniendo un breviario y un rosario en sus manos. Respecto a la autoría de este cuadro, se ha considerado obra de Rubens, quien, durante su segunda estancia en España, entre 1628 y 1629, desarrolló una intensa actividad artística en la corte de Madrid, donde realizó numerosos retratos por encargo del rey Felipe IV y a petición, desde Bruselas, de Isabel Clara Eugenia, así como varias copias de cuadros de la colección real.
Dosier
A través de este dosier te ofrecemos todos los detalles de la reapertura, la nueva exposición permanente, así como las restauraciones más destacadas y la mejora de las instalaciones.
Visitar Las Descalzas
- De martes a sábado, 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 18:30 horas
- Domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas.
- Visita gratuita los miércoles y jueves por la tarde.
- En todos los casos el último acceso tiene lugar una hora antes del cierre.
El acceso al monasterio solo es posible con visita guiada. Se recomienda contratar las entradas con antelación a través de la web de Patrimonio Nacional. También se ha previsto la visita de grupos de agencias, colegios y culturales.
Los aforos respetarán lo que disponga la autoridad autonómica en cada momento.