La archiduquesa Isabel nació en Viena el 5 de julio de 1554. Con tan solo cinco años fue prometida al futuro Carlos IX de Francia. La boda se celebró por poderes en octubre de 1570.
Fue considerada en su tiempo un ideal de belleza. Brantôme la describió como dulce, prudente y virtuosa, a la vez que hermosa y elegante, características que se trasmiten en este retrato que muestra su imagen oficial como reina de Francia cuando contaba diecinueve años. Su autor fue Jooris (o Georges) van der Straeten, pintor nacido en Gante y formado en el taller de Frans Floris de Vriendt (h. 1519-1570). Esta es su única obra firmada.
La joven Isabel se encuentra de pie, en una estancia tenuemente iluminada en la que solo destaca el cortinaje de terciopelo verde y la credencia cubierta por un tapete carmesí en donde posa su mano derecha. Isabel luce una saya abierta con amplias mangas cubiertas por piel de armiño, símbolo del elevado estatus del retratado. La camisa, adornada con perlas y pequeños botones, sigue el estilo de las que vestía su cuñada Isabel de Valois. El tocado es el conocido como French hood, o toca francesa, formado por una cofia de lino sobre la que se colocaba la crepite, un tejido más rico y vistoso y, sobre él, una pieza rígida, denominada paste, en la que se montaba la diadema, en este caso con perlas y piedras preciosas, de la que pende un velo negro. Su cabello se distribuye en dos partes a partir de una crencha central y queda recogido componiendo dos arcos simétricos.
Luce un collar, ajustado bajo el cuello de lechuguilla, en el que se alternan flores de perlas y diamantes montados en cabujones. Del adorno que engalana su escote penden dos cintas de perlas y un medallón. Lleva, además, un cinturón que recorre toda la longitud de la falda con una cadena central rematada con un historiado colgante.
El estilo de Straeten, se caracteriza por el uso de colores brillantes, por la elegancia en el modo de representar a los personajes y por el trabajo minucioso de los detalles.