El paño forma parte de la tapicería destinada al Comedor de los Príncipes Carlos y María Luisa de Parma o Pieza de Conversación del Rey en el Palacio de El Pardo. Al año de la muerte de Cornelio Vandergoten y bajo la polémica dirección de Livinio Stuyck y Vandergoten, en 1787, Francisco de Goya entregó los cartones para una de las tapicerías más significativas, formada por seis paños de fachada con escenas alegóricas de las cuatro estaciones del año: Las floreras, La era, La vendimia, La nevada, El albañil herido y Mujer con niños junto a una fuente. El conjunto se completó con seis sobrepuertas de diferentes motivos y medidas: El niño de carnero, Niños con mastines, Cazador junto a una fuente, Pastor tocando la dulzaina, Gatos riñendo junto a una pared y Pájaros volando.
La localización de los planos levantados por Francisco Sabatini para la ampliación del Palacio de El Pardo ha permitido establecer cuál fue la Pieza de Conversación del Rey y distribuir los doce tapices a lo largo de sus cuatro fachadas. La era o El verano, el paño de mayores dimensiones de esta serie, se destinó a la pared oeste, frente a los balcones orientados al este, por lo que sus sedas amarillas, empleadas con profusión, brillarían al recibir la luz matutina para subrayar la sensación cálida del mediodía, momento en que transcurre la acción, y multiplicar la luminosidad de las espigas de trigo.
La escena representa el descanso y el almuerzo de los labradores después de la cosecha. Un labriego rastrilla la era ante las gavillas apiladas en paralelo a la mole del castillo, que a la derecha cierra la composición. En el centro del primer plano, dos niños juegan sobre el trigo recogido en el carro, formando una pirámide compositiva, que agrupa a los asustados padres, una madre dando de comer a regañadientes a su pequeño, el mozo que duerme a pierna suelta sobre las gavillas, y los dos caballos que participan del descanso de sus amos. A la derecha, cuatro segadores bromean de pie dando buena cuenta del vino que beben de la bota. El boceto y el cartón de Goya para el tapiz se conservan en la Fundación Lázaro Galdiano y en el Museo Nacional del Prado, respectivamente. El tapiz, recortados sus márgenes, fue depositado en 1939 en el Ministerio de la Guerra, actual Cuartel General del Ejército, en el Palacio de Buenavista de Madrid, donde permanece.
Este conjunto de tapices madrileños del siglo XVIII pertenece a la grandiosa colección de ochocientos paños de producción propiamente española, vinculada a los reinados de Felipe V, monarca instaurador de la manufactura de tapices en Madrid, Carlos III y Carlos IV. Durante el siglo ilustrado la producción de tapices, encomendada a los maestros Vandergoten bajo la dirección de los primeros pintores de Cámara, fue destinada a la decoración de los palacios de jornada o Reales Sitios en torno a la corte madrileña. La labor de Goya como cartonista nacionalizó la producción de la Real Fábrica de Tapices de Madrid, y realzó su contribución frente al resto de las manufacturas europeas coetáneas.