Segundo tapiz de la serie La Pasión de Cristo, conocida como La Pasión cuadrada de Margarita de Austria. Jesús cargado con la cruz, en primer término, se desploma bajo el peso de la misma ante los gestos de compasión y dolor de las santas mujeres, entre las que desfallece su madre, María, sostenida por el apóstol Juan. Las inscripciones IHESUS. NASAREN, y MATER CHRISTI –“Jesucristo Nazareno” y “Madre de Cristo”– figuran repetidas en la orla de los mantos de Jesucristo y María. El sereno y luminoso rostro de Cristo, regado por la sangre que hace brotar la corona de espinas, contrasta con la gesticulación acentuada y caricaturesca de los sayones que, burlándose, le hostigan brutalmente para que se incorpore. Un largo cortejo de soldados, trompeteros y caballeros salen, en segundo término, por una de las puertas de Jerusalén.
Al fondo se distingue una minuciosa vista de la ciudad, donde Cristo Varón de Dolores, Ecce Homo, es presentado a la multitud desde el atrio del Pretorio, escena coronada por el Gólgota, donde en escala diminuta se levantan las cruces de los reos.
El dramatismo de la expresión religiosa confiere a este paño un relieve y una potencia visual excepcional. La composición y la armonía cromática del tapiz son acentuadas por la belleza y la brillantez de la cenefa donde destaca sobre el fondo oscuro los policromos ramos de flores y frutos y los sucesivos cuencos de orfebrería que los articulan.
Los orillos de seda roja, recorridos por un filo central de hilo dorado, ofrecen por primera vez la marca de la ciudad de Bruselas y del ducado de Brabante —un escudo rojo flanqueado por dos B—, contraste de la calidad y la procedencia de las obras, aplicado con anterioridad a la normativa impuesta a los maestros tapiceros por la ordenanza promulgada en los Países Bajos el 15 de mayo de 1528.
El contrato firmado el 1 de septiembre de 1520 por Margarita de Austria (1480-1530), hermana de Felipe el Hermoso y gobernadora de los Países Bajos, con el pintor Bernard Van Orley y el tapicero Pieter de Pannemaker, implicó la colaboración de ambos maestros para tejer cuatro paños de la Pasión de Cristo, conocida por sus dimensiones como la Pasión cuadrada de Margarita de Austria. Los dos paños que inician el ciclo pasional —la Oración en el Huerto y la Caída en el camino del Calvario— fueron concebidos con posterioridad al tejido de la Crucifixión y el Descendimiento, que culminan el ciclo pasional, y que, por tanto, presentan composiciones más arcaicas.
Los cartones de Bernard van Orley, pintor favorito de la gobernadora, compendian la tradición figurativa propia de los Países Bajos, el nuevo grafismo de Alberto Durero y, sobre todo, la influencia italiana de los cartones de los Hechos de los Apóstoles de Rafael, llegados a Bruselas en 1516. Pieter de Pannemaker, tapicero de la gobernadora y fundador de la dinastía más célebre de tapiceros bruselenses, demostró en esta tapicería —extremadamente rica en hilos de oro y sedas tintadas con excelentes colorantes naturales— la pericia y habilidad de su manufactura. La influencia de Durero y de Rafael se evidencia en estas composiciones de Van Orley, cuyos efectos dramáticos y expresivos intensifican aún más la emoción religiosa de las escenas de la Pasión.
Margarita contribuyó al enriquecimiento de la colección real de tapices al disponer que algunos paños, que decoraban su palacio de Malinas, como esta serie, fueran entregados a Carlos, su sobrino predilecto. En 1526, Carlos I de España y V emperador de Alemania, por medio de su guardajoyas Diego de la Cuadra, envió la Pasión de Cristo a su esposa la emperatriz Isabel de Portugal, como regalo de bodas.