Semíramis
Johann Bernhard Fischer von Erlach
Descripción
Estos dos magníficos bustos son las primeras esculturas documentadas realizadas por el ingeniero austriaco Johann Bernhard Fischer von Erlach durante su etapa romana para el que había sido embajador ante la Santa Sede y entonces virrey en Nápoles, don Gaspar de Haro y Guzmán, VII marqués del Carpio (1629-1687).
Representan la imagen de dos mujeres fuertes y, como tales, pueden entenderse dentro de la llamada querelle des femmes, fenómeno que se estaba produciendo en la Edad Moderna en relación con el proceso de reevaluación del papel de las mujeres en la esfera pública, en gran medida motivado por la presencia de mujeres reales en el ejercicio del poder, como las reinas regentes de Francia, María de Medicis y Ana de Austria, y, en España, el caso sin precedentes de Mariana de Austria, regente durante la minoría de edad de Carlos II.
Semíramis fue una ambiciosa reina de la antigua Asiria. Según la historia que nos narra Diodoro Sículo, fue criada por palomas y cuando murió ascendió al cielo en forma de esta ave para ser divinizada; de hecho, su nombre significa “que viene de las palomas”. Iconográficamente suele aparecer con la paloma, además de con un mechón despeinado, en alusión a un legendario episodio en el que, mientras estaba siendo peinada por una de sus damas, irrumpió en la habitación un mensajero con la fatídica noticia de que uno de sus reinos se había rebelado; la reina decidió entonces que no terminaría su trenza hasta no haber reducido al pueblo sublevado. En el busto que ahora contemplamos se aprecian ambos símbolos.
Pentesilea era reina de las amazonas y, por lo tanto, hija de Ares.Iconográficamente las amazonas solían aparecer representadas con un solo pecho, ya que se cortaban o cauterizaban el otro —de ahí su posible etimología “a-mazon”, que significa “sin pecho”—, para poder tirar mejor con el arco, además de con una grulla sobre el morrión. Según los bestiarios medievales, las grullas eran aves que viajaban con rapidez en auténtica formación militar siguiendo a un guía. Por la noche establecían una atenta vigilancia y nunca abandonaban su puesto, por lo que se las identifica con la imagen del perfecto estratega y guerrero. Hay que señalar además que, al igual que las amazonas, las grullas procedían también de Tracia. En el busto, la amazona aparece sin uno de los pechos, además de con un penacho en el morrión en alusión a la grulla.
Estas dos esculturas, que hasta ahora se creían representaciones de Minerva y de Juno, aparecen identificadas por primera vez con estas dos reinas en 1687, en la relación de envíos a Madrid de parte de la colección que el VII marqués del Carpio había formado en Italia. Entonces se las atribuía por primera vez a Fischer von Erlach.
Fischer von Erlach se formó en Roma con Filippo Schor (1646-h. 1701), al servicio del marqués del Carpio. De hecho, las primeras obras no arquitectónicas documentadas del artistaen Roma las realiza al servicio del marqués. Se trata de dos medallas relacionadas con el enlace de Carlos II con María Luisa de Orleans en 1679. No tenemos noticia de otros encargos durante estos años, aunque es muy posible que trabajara al lado de Schor en la ejecución de obras efímeras. Muchos artistas, entre ellos, Filippo Schor y Fischer von Erlach, siguieron a Carpio a Nápoles cuando le nombraron virrey en 1683. La presencia del austriaco está documentada en la ciudad en 1685.
Desconocemos el momento en quelas esculturas ingresaron en las colecciones del marqués. De acuerdo con el significado implícito asociado a la representación de estas dos mujeres fuertes, es inevitable relacionarlas con dos soberanas contemporáneas a Carpio: Cristina de Suecia y Mariana de Austria.
En el primer caso, Fischer había estado directamente relacionado con los círculos artísticos en torno a la soberana. Esta podría haber encargado al artista estos bustos, que habrían sido objeto de regalo con motivo de la visita que hizo al nuevo virrey en Nápoles.
La segunda reina a la que es obligado referirse es Mariana de Austria. Precisamente, en el mismo barco en que Carpio envió las esculturas a Españase registraban varios cuadros de Giordano encargados para la reina madre, entre ellos, curiosamente, uno de Semíramis a caballo y otro de La batalla de las Amazonas.
Sin embargo, a pesar de ello, no las encontramos explícitamente citadas en la testamentaría de Carlos II y no aparecen así reconocidas hasta elinventario redactado a la muerte de Carlos III en 1794, donde se las menciona en la pieza séptima del palacio de San Ildefonso, identificadas con una amazona y una heroína armada con casco. Además, la presencia del aspa de la cruz de san Andrés, alusiva a las colecciones de Felipe V, en ambos bustos nos permite relacionarlos con la compra de varias esculturas de las colecciones de Carpio por parte de los nuevos monarcas Borbones, para decorar el palacio de San Ildefonso.
Posiblemente, el traslado a Aranjuez se produjo durante el reinado de Carlos IV, al ser uno de los lugares de recreo predilectos del monarca.