

Rafael en Palacio. Tapices para Felipe II
BIENVENIDA DE LA COMISARIA CONCHA HERRERO
La exposición temporal ‘Rafael en Palacio. Tapices para Felipe II’ es el homenaje de Patrimonio Nacional a Rafael Sanzio (1483-1520) en el V centenario de su muerte, que se celebra en 2020. La exposición tiene lugar en la Galería del Palacio Real de Madrid, un espacio acorde con la monumentalidad y estructura arquitectónica de la tapicería ‘Los Hechos de los Apóstoles’ de Rafael.
Dos circunstancias hacen de esta una exposición irrepetible. Por un lado, es la primera vez que se expone al público la secuencia completa del ciclo apostólico de la colección de Felipe II (1527-1598), siendo esta la reedición de los cartones de Rafael mejor conservada. Por otro lado, es el último gran evento de 2020 a nivel internacional en el marco del V centenario de la muerte del artista de Urbino.
A lo anterior hay que añadir, además, que se trata de la primera muestra temporal que Patrimonio Nacional organiza tras el confinamiento provocado por el Covid-19. Un evento cultural de primer orden que se ha organizado con todas las garantías sanitarias que se vienen aplicando desde la reapertura de los Reales Sitios.
EL ORIGEN
El origen de esta serie apostólica se remonta al encargo que Rafael recibió en 1514 por parte del papa León X (1475-1521) para realizar, a escala natural, los cartones de 10 tapices que, durante las ceremonias más solemnes, vestirían la parte baja de la Capilla Sixtina. Ya entonces, en este emblemático espacio vaticano habían trabajado los mejores artistas de su tiempo: Perugino (h. 1450-1523), Botticelli (1445-1510), Ghirlandaio (1449-1494) y, el legendario rival de Rafael, Miguel Ángel (1475-1564).
El pontífice y su círculo de teólogos escogieron un programa iconográfico que subrayaba la legitimidad del papa como sucesor de san Pedro y la misión de la Iglesia de predicar la palabra de Cristo. Rafael llevó a cabo una minuciosa labor de documentación e, incluso, ordenó la presencia permanente de un ayudante que le leía en alto los textos canónicos.
El resultado de su trabajo fue un compendio de inéditas composiciones, de paisajes y arquitecturas grandiosas elaboradas según los principios renacentistas de la perspectiva y la geometría, y de figuras humanas a escala natural en las que se advierte un perfecto conocimiento de la anatomía, la escultura clásica y la expresión de estados de ánimo.
A lo anterior hay que añadir la maestría técnica con la que los tapiceros de Bruselas, en el taller de Pieter van Aelst (h. 1450-h. 1533), trasladaron los cartones de Rafael al juego de trama y urdimbre en hilos de oro, plata, seda y lana, entre los años 1516 y 1521. Pero Rafael murió de forma repentina un 6 de abril de 1520, el día de su 37 cumpleaños, y solo llegó a ver expuestos, en la Capilla Sixtina, siete de los tapices.
TAPICES DE PRESTIGIO PARA FELIPE II
El ciclo sixtino generó una ola de seducción e interés sin parangón en la historia del arte. Las monarquías de toda Europa rivalizaron por conseguir nuevas reediciones, conscientes del prestigio que otorgaba su posesión. Tristemente, algunas de esas réplicas se han perdido: la de Francisco I de Francia, durante la Revolución Francesa, y la de Enrique VIII, en los últimos bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Casi cinco siglos después, Patrimonio Nacional conserva dos de esas réplicas basadas en los cartones originales de Rafael. Una se adquirió durante el reinado de Felipe III (1578-1621). Y la segunda y más antigua es la de Felipe II, la que protagoniza esta exposición temporal en la Galería Principal del Palacio Real de Madrid.
Felipe II mandó traer estos paños cuando aún era príncipe, durante un viaje a los Países Bajos. Son nueve tapices en dos capítulos: cuatro de ellos conforman el petrino, sobre la vida de san Pedro; y los cinco restantes dan forma al paulino, de san Pablo. Fueron tejidos en seda y lana por Jan van Tieghem (activo entre 1530 y 1568) y Frans Gheteels (activo entre 1540 y 1568), en Bruselas, y constituyen la reedición de mayor calidad y mejor conservada, por encima, incluso, que la original vaticana.
Su excelente estado de conservación se explica por la concurrencia de varios factores. Unos derivan de su fabricación en Bruselas, como el uso de fibras resistentes, el empleo de tintes naturales de buena calidad y la renuncia a incorporar hilos metálicos, lo que ha evitado su oxidación y corrosión. Pero tampoco se pueden pasar por alto las medidas de conservación adoptadas por el Oficio de la Real Tapicería, encomendadas a partir de 1720 a la Real Fábrica de Tapices.
MONOGRAFÍA DE REFERENCIA

Con motivo de esta exposición, Patrimonio Nacional ha publicado una monografía titulada ‘Tapices de Rafael para la Corona de España’ y disponible para su adquisición online.
En esta publicación se estudian en profundidad las series de tapices de Rafael conservadas en las Colecciones Reales de la institución, ofreciendo además una excelente documentación gráfica de los tapices.
La monografía se ha planteado con la ambición de constituirse como la obra de referencia sobre los tapices de Rafael conservados por Patrimonio Nacional, que participa en este evento desde la dimensión internacional de su colección de tapices, con más de 3.000 mil piezas flamencas y de manufactura española.
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Tapices








La pesca milagrosa
Jan van Tieghem, Frans Gheteels, Rafael Sanzioh. 1550-1560Tapiz de seda y lana 487 x 592 cm.Palacio Real de MadridVer másLa escena de este primer tapiz, inspirada en el Evangelio de Lucas (5, 1-10), relata el momento en que Cristo indica a Pedro y sus compañeros, tras una infructuosa noche de pesca, dónde debían echar las redes para conseguir una captura abundante. La acción se desarrolla ante un vasto y luminoso paisaje en cuyo horizonte confluyen la ciudad de Cafarnaún y sus riberas, las aguas tranquilas y trasparentes del lago de Genesaret o Mar de Tiberiades y el amplio celaje, tramado con una armoniosa y resplandeciente gama de sedas blancas y azules. Las dos embarcaciones, en el plano intermedio, profundamente sumergidas en el lago por el excesivo peso de la pesca capturada, son el exiguo escenario sobre el que destaca el grupo principal de los primeros apóstoles. La majestuosa y serena figura de Jesús, sentado a la proa en la barca de Andrés y Simón Pedro, es el punto de atracción de todas las miradas. Pedro, abrumado por el milagro, se postra ante la grandeza divina del Maestro, y Andrés inicia el expresivo gesto de la genuflexión. En la otra barca, Juan y Santiago, con gran esfuerzo, transmitido por la tensa anatomía de su musculatura, se afanan en recoger la copiosa pesca, mientras Zebedeo, su padre y timonel, intenta mantener el inestable equilibrio de la embarcación. En primer término, la ribera, animada con mariscos, cangrejos, grullas y plantas lacustres. Cenefas: Las figuras mitológicas de Júpiter, Juno, Neptuno y Ceres (blanca y negra), personificaciones alegóricas de los cuatro elementos –Fuego, Aire, Agua y Tierra– se superponen en las cenefas laterales especulares, versión tejida de los frescos diseñados por Giovanni Francesco Penni, discípulo de Rafael, para las Logias vaticanas. El mito de Prometeo, alegoría de la creación divina, la providencia y la sabiduría, se representa en la cenefa inferior. Textos: Concha Herrero CarreteroLa misión de san Pedro o Apacienta mis ovejas
Jan van Tieghem, Frans Gheteels, Rafael Sanzioh. 1550-1560Tapiz de seda y lana 490 x 727 cm.Palacio Real de MadridVer másLa escena de este segundo paño, entresacada de los Evangelios de Mateo (16, 18-19) y Juan (21, 11-17), también se desarrolla a orillas del lago de Genesaret. El paisaje enlaza con el de La pesca milagrosa, y la proa, el remo y la cadena del ancla de una de las barcas, que se aprecian en el margen izquierdo, crean la ilusión de un paisaje único. Cristo resucitado, con los estigmas de la Pasión, cubierto con una túnica blanca que imprime a su figura una luminosidad y un carácter sobrehumano y espiritual, encomienda a Pedro el cuidado de las ovejas de su grey, los creyentes, y le hace entrega de las llaves del reino de los cielos en presencia del resto de los apóstoles. La serenidad del semblante del Resucitado contrasta con los expresivos gestos de los diez discípulos, apiñados como un solo bloque, y sus diferentes reacciones ante la elección del Maestro. Cenefas: Las tres parcas, alegoría del transcurso de la existencia, se superponen en las cenefas laterales especulares como versión tejida de los frescos diseñados por Giovanni Francesco Penni para las Logias vaticanas. Cloto hila con el huso la trama de la vida, Láquesis señala el destino, y Átropos corta el hilo de la vida. La secuencia de la cenefa inferior es una alegoría de la Virtud y el Vicio, personificada en los dos monarcas centrales, que reparten coronas o fustigan con látigos a sus súbditos, asistidos por las personificaciones femeninas de la Victoria y la Templanza en los extremos. Textos: Concha Herrero CarreteroLa curación del paralítico
Jan van Tieghem, Frans Gheteels, Rafael Sanzioh. 1550-1560Tapiz de seda y lana 493 x 763 cm.Palacio Real de MadridVer másLa escena representada en este tercer tapiz, extraída del libro de los Hechos de los Apóstoles (3, 1-11), se ajusta con fidelidad al pasaje de la curación del cojo de nacimiento, milagro obrado por Pedro en el templo de Jerusalén. La acción se desarrolla en un peristilo de columnas salomónicas, de fuste estriado y decorado con bajorrelieves. Según el texto evangélico, el paralítico era colocado todos los días a la puerta oriental del templo, llamada la Hermosa, por la que se entraba en el atrio de las mujeres. Los dos apóstoles, Juan y Pedro, dirigen su bendición al mendigo espasmódico, sentado a sus pies, al tiempo que Pedro le alcanza la mano para levantarle. El resto de los asistentes al milagro se distribuye entre las columnas laterales, a ambos lados de la escena central. Cenefas: Las cenefas laterales, según diseño atribuido a Perino del Vaga, son una alegoría del paso del tiempo y el transcurso de las estaciones. Sus figuras superpuestas, extraídas de la mitología clásica, no son especulares como las del resto de los paños. Incorporan diferentes personificaciones del día y la noche –Apolo y Diana–; atributos del tiempo y la eternidad –reloj de arena y reloj de veinticuatro horas–; y personificaciones de las cuatro estaciones. La cenefa inferior es una alegoría de la Fortuna, mujer bifaz, que da o niega riquezas o favores a seis personajes, flanqueados a izquierda y derecha por la Prudencia con el espejo y la Constancia armada con lanza y escudo. Textos: Concha Herrero CarreteroLa muerte de Ananías
Jan van Tieghem, Frans Gheteels, Rafael Sanzioh. 1550-1560Tapiz de seda y lana 491 x 712 cm.Palacio Real de MadridVer másEn este cuarto tapiz los apóstoles presiden el reparto de ganancias entre los necesitados de las primeras comunidades cristianas, según el relato del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 32-34 y 5, 1-11). Pedro, que leía los corazones, descubre el engaño de Ananías y su esposa Safira, que se reservaban parte de las ganancias de la venta de unas tierras. El castigo fue fulminante, la muerte de Ananías y posteriormente el de su esposa y cómplice. Sobre una tribuna central, aparece grave y solemne la reunión de los Apóstoles. A ambos lados, los fieles ofrecen sus dones, que son distribuidos entre los necesitados. En primer término, Ananías, caído en el suelo, muere provocando el asombro y horror de los asistentes. Pedro acaba de pronunciar la sentencia y sobresale enérgicamente entre el grupo de los apóstoles, mientras uno de ellos señala con la mano al cielo, de donde ha procedido el juicio divino. Safira, se acerca por la izquierda, contando las monedas que lleva en la mano sin percatarse del castigo que ha sufrido su consorte y que va a herirla a ella también. Cenefas: Las cenefas laterales están dedicadas a las Musas, diosas de las ciencias y las artes, presididas por su padre, Júpiter. A la izquierda se superponen Polymnia, musa de la elocuencia, con filacteria; Euterpe, musa de la música y la poesía, con doble flauta; y Clío, musa de la historia, con filacteria. A la derecha, de nuevo Polymnia con filacteria; Atenea, diosa de la sabiduría y de las artes; Terpsícore, musa de la danza, con su lira; y Urania, musa de la astronomía, con una esfera estrellada. En la cenefa inferior se alinean sentadas Euterpe nuevamente; Calíope, musa de la poesía heroica; Melpómene, musa de la tragedia; Erato, musa de la poesía lírica; y Talia, musa de la comedia. Textos: Concha Herrero CarreteroLa lapidación de san Esteban
Jan van Tieghem, Frans Gheteels, Rafael SanzioHacia 1560Tapiz de seda y lana 487 x 592 cm.Ver másLa composición de este quinto tapiz se centra en el acto de la lapidación de Esteban, el martirio del primer diácono y mártir de la fe cristiana, acusado falsamente de haber blasfemado contra Moisés y contra Dios. El asunto enlaza con La muerte de Ananías, el tapiz precedente donde se muestra la distribución y administración de bienes encomendada a los diáconos. Al mismo tiempo, la composición introduce a Saulo, futuro san Pablo, dando inicio al ciclo paulino. A las afueras de Jerusalén, los musculosos verdugos han depositado sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo, para lanzar las piedras con mayor soltura. La figura de Esteban de rodillas, más luminosa que las restantes, revestido con dalmática de diácono y con los brazos abiertos, fija los ojos en el cielo para contemplar la visión celestial que aparece en rompimiento de nubes: “Veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre en pie a la diestra de Dios” (Hechos 7, 54-60). Al fondo, vista de la ciudad de Jerusalén y el bosque de la lapidación. Cenefas: Alegorías femeninas de las artes liberales del Trivium –Gramática, Retórica, Dialéctica– y la Sabiduría nutricia se superponen en las cenefas laterales especulares. En la cenefa inferior se alinean las alegorías femeninas de las virtudes teologales y cardinales: la Fe con un corazón ardiente, la Fortaleza con la cabeza de Holofernes, la Templanza con el reloj y la Diligencia con sandalias aladas sobre un libro. Textos: Concha Herrero CarreteroLa conversión de Saulo
Jan van Tieghem, Frans Gheteels, Rafael Sanzioh. 1550-1560Tapiz de seda y lana 493 x 724 cm.Palacio Real de MadridVer másSaulo gozaba de la ciudadanía romana, derecho concedido por Julio César a los ciudadanos de Tarso. Su conversión es un hecho histórico de trascendental importancia para el cristianismo por el papel que tuvo en su difusión y por el testimonio que dio con su vida y su muerte en favor de la resurrección de Cristo. El perseguidor de la primera iglesia, armado como legionario romano, cae fulminado del caballo que montaba en su viaje hacia Damasco, cegado temporalmente por una visión divina cuando escuchó la voz de Cristo, que aparece en lo alto, en rompimiento de nubes: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9, 1-7). A la derecha, el grupo de acompañantes, atónitos ante el suceso, mientras dos hombres intentan apaciguar a sus caballos desbocados, en segundo término. Cenefas: Las cenefas laterales especulares superponen alegorías de las artes del Trivium y el Quadrivium: la Geometría con el compás, la Música con la viola, la Astronomía con la esfera celeste y la Aritmética con cuentas y cifras en una pizarra. La cenefa inferior presenta en su centro una referencia al Jardín de las Hespérides, con su hermoso árbol de manzanas doradas y el dragón vigilante encadenado al tronco, símbolo de la inmortalidad según la mitología clásica. Árbol flanqueado por alegorías de las virtudes Prudencia, Templanza, Caridad y Fe. Textos: Concha Herrero CarreteroLa ceguera de Elymas o La conversión del procónsul
Jan van Tieghem, Frans Gheteels, Rafael Sanzioh. 1550-1560Tapiz de seda y lana 481 x 735 cm.Palacio Real de MadridVer másEste séptimo paño y los dos siguientes glorifican al apóstol Pablo. La figura del apóstol de los gentiles y la de Elymas, hombre astuto que procuró apartar de la fe al procónsul Sergio Paulo, están directamente opuestas. La imponente y serena figura de Pablo, que extiende su brazo al pronunciar el castigo –“Ahora mismo la mano del Señor caerá sobre ti y quedarás ciego”–, contrasta con la inquietud y el miedo reflejados en la figura de Elymas, representación magistral de la ceguera –“Al punto se apoderaron de él las tinieblas y la oscuridad, y daba vueltas buscando quien le diera la mano”– (Hechos 13, 6-12). El atemorizado procónsul, que ocupa su trono en el centro, aparece rodeado por figuras llenas de consternación y asombro. A sus pies, bajo el estrado, una cartela contiene la inscripción latina: “L. SERGIVS PAVLLVS / ASIAE PROCCOS: / CHRISTIANAM FIDEM / AMPLECTITVR / SAVLI PREDICATIONE” (Sergio Paulo, procónsul de Asia, abrazó la fe cristiana gracias a la predicación de Pablo). Cenefas: Alegorías de las virtudes cardinales se superponen en las cenefas laterales especulares: la Justicia con la espada y la balanza, la Prudencia con dos caras y un espejo; la Fortaleza ataviada con casco, y a sus pies un león; y la Templanza, sentada de perfil con las riendas y frenos en la mano. La cenefa inferior muestra siete virtudes morales sentadas sobre un fondo decorado con guirnaldas y esfinges aladas: la Magnanimidad con collares y cadenas en su mano derecha y un águila en su antebrazo; la Paz con la rama de olivo en un ánfora y un león sentado junto a ella que le acaricia la mano; la Victoria, sentada sobre un plinto adornado con trofeos guerreros, sostiene en su mano izquierda un halcón encapuchado, la derecha armada con guantelete sustenta una pica; la Esperanza, con el ancla, el águila bicéfala y un libro apoyado en su rodilla; la Providencia sostiene una esfera armilar en su mano derecha y una lanza en la izquierda; la Precaución sostiene un espejo en la mano izquierda donde se refleja la imagen de un zorro con hábito de fraile, que descansa en su regazo; y la Docilidad, portadora de unos azotes, un cetro y un libro apoyado sobre sus rodillas. Textos: Concha Herrero CarreteroSan Pablo y san Bernabé en Lystra
Jan van Tieghem, Frans Gheteels, Rafael Sanzioh. 1550-1560Tapiz de seda y lana 485 x 746 cm.Palacio Real de MadridVer másDurante el viaje misionero de Pablo y Bernabé por el Asia Menor tuvo lugar en Lystra –colonia del Imperio romano en Anatolia, parte de la actual Turquía– la curación milagrosa de un tullido, cojo de nacimiento (Hechos 14, 8-18). El paralítico ha sido sanado y tira lejos de sí las muletas ante la sorpresa de sus conciudadanos. La multitud reunida en el foro se agolpa alrededor del taumaturgo y su acompañante, san Pablo y san Bernabé, creyendo reconocer en ellos a Júpiter y Mercurio, cuya escultura en bronce se levanta sobre un pedestal. Los sacerdotes han pronunciado las fórmulas sacramentales y se disponen a rendirles los honores y ofrecerles un sacrificio como divinidades descendidas del Olimpo. Un niño hace sonar la flauta doble de las ceremonias sacrificiales y otro porta la caja de incienso y perfumes que se queman sobre el ara de las libaciones. El sacrificador o victimario levanta el hacha sobre uno de los bueyes adornado con cintas y guirnaldas, pero un joven adelanta el brazo para frenar el golpe. San Pablo, exasperado, rasga sus vestiduras en señal de indignación contra estas prácticas idólatras. Cenefas: Las cenefas están dedicadas a la figura de Hércules y sus hazañas. En las laterales, bajo las personificaciones de la Fama y la Victoria, aparecen Hércules y Atlas con las esferas terrestre y celeste, Hércules y el centauro Neso, Hércules y Juno, y Hércules con las aves de la laguna Estinfalia. En el centro de la cenefa inferior figura el héroe mitológico entronizado bajo un templete como el Hércules gálico de Alciato, orador convincente y personificación de la Elocuencia, de cuya boca parten sutiles cadenas enganchadas a las orejas de los personajes que se le acercan flanqueados, a izquierda y derecha, por Hércules y la hidra de Lerna, y Hércules y el león de Nemea. Textos: Concha Herrero CarreteroLa predicación de san Pablo en el Areópago de Atenas
Jan van Tieghem, Frans Gheteels, Rafael Sanzioh. 1550-1560Tapiz de seda y lana 485 x 633 cm.Palacio Real de MadridVer másEn este noveno y último paño, Pablo, centro espiritual de la composición, aparece en primer término predicando en el Areópago de Atenas, caracterizado por el templo circular, remedo del Tempietto de Bramante en San Pietro in Montorio, y la estatua de Ares, dios de la guerra. El apóstol, puesto en pie, se dirige a los atenienses: “veo que sois sobremanera religiosos porque al pasar y contemplar los objetos de vuestro culto está escrito: “Al dios desconocido”. Pues ese que sin conocer veneráis es el que yo os anuncio” (Hechos 17, 22-34). La figura de Pablo con los brazos levantados hacia el cielo y adelantado hasta el borde de las gradas, destaca sobre todos los asistentes, no sólo por hallarse en un lugar elevado, sino porque el resto de espectadores se ha representado en menor escala. El discurso de san Pablo fracasó frente a los filósofos, que no podían admitir la resurrección de los muertos, pero despertó la vocación cristiana en algunos oyentes penetrados de la verdad de la nueva doctrina, como Dionisio Areopagita y su mujer Dámaris, que ascienden las gradas a la izquierda. Este tapiz fue concebido como colofón y homenaje de Rafael a sus mecenas, el pontífice León X y el humanista Janus Lascaris, incorporados entre los filósofos asistentes al debate paulino en el ágora o plaza principal de la capital de Ática. Cenefas: Las cenefas laterales especulares superponen las alegorías de las virtudes teologales: la Fe con el cáliz y la cruz, la Esperanza con túnica azul verdosa, la Caridad con niños en sus brazos dándoles el pecho, y la Teología con las escrituras sobre un atril. En la cenefa inferior se alinean sentadas sobre un banco corrido las alegorías de la Revelación o la Historia con el ave fénix, la Filosofía con la escalera, la Elocuencia central con el fuego en la boca, la Constancia o la Escultura con un Hermes y la Templanza junto a un camello. Textos: Concha Herrero Carretero
Información
Material didáctico

El departamento de Educación de Patrimonio Nacional te propone acercarte a la exposición temporal Rafael en Palacio desde otra perspectiva a través de este recurso didáctico descargable para realizar en el aula. El objetivo de este recurso es introducir el gusto estético del arte del Renacimiento e incluye actividades dirigidas a las etapas de Primaria y Secundaria.